sábado, 26 de junio de 2010

UN DIA DE SEPTIEMBRE

Hasta aquí donde caíste compañero
arrastré mi desesperada angustia
mi triste desamparo
mi amargo desconsuelo

Hasta aquí donde caíste compañero
me trajeron mis pasos tambaleantes
mi andar cansado mi dolor constante

Hasta aquí donde caíste Salvador
encaminé mi sombra enmudecida
preguntando al viento de septiembre
donde fue a parar mi juventud perdida

Aquí sobre escombros todavía humeantes
las hienas salvajes uniformadas reían
más allá con tu pecho abierto tu figura gentil
elevada al sitial de los que no se olvidan

Mis ojos nublados por las lágrimas
no alcanzaron a ver tu sonrisa amable
que me alentaba a no llorar
en presencia de tanta bestia cobarde

Mis manos apretadas por el odio
que querían desbocarse
hasta el gatillo de un arma invisible
no lograron alcanzarte

Mi boca que gritaba rebeldía
en silencio dibujó un rictus amargo
al perderte para siempre
en la tierra que amaste hasta la muerte

He llegado hasta aquí
donde caíste compañero
es aquí donde mi voluntad se hizo acero
y mi corazón se hizo fuego
es aquí donde comienza todo
es aquí donde perdí el miedo

Tú no has muerto compañero presidente
sigues vivo en mi alma y en mi mente
te prometo combatir a los traidores
esos mismos que juraron lealtad
los cobardes, asesinos, delincuentes
ellos sólo saben de maldad

La promesa que te hago compañero
sobre escombros todavía humeantes
yo la cumplo hasta la muerte
yo la cumplo aunque me cueste
yo la cumplo Salvador Allende
Compañero Presidente

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